jueves, 20 de agosto de 2015

caballos famosos

Caballos Famosos
(desde Folklore del Norte)
“La Patria grande se hizo de a caballo” dice el refrán y son muchos los caballos que hicieron historia, tanto de personajes famosos de todo el mundo como de nuestra República Argentina.
Entre nuestros paisanos, existieron numerosos caballos muy veloces y sorprendentes, pero la mayoría era conocido por su pelaje, por ejemplo:
BayoblancosanmartinMoro: de Facundo Quiroga, a quien León Benarós dedica unos versos: El moro de Quiroga.
Oscuro: del General Justo José de Urquiza.
Bayo-blanco: del General José de San Martín.
Rosillo: del General Manuel Belgrano.
Bayo: del General Paz.
Otros caballos famosos:
Caballo de Troya: aunque no fue de carne y hueso este enorme animal llevó en su vientre a Ulises y sus soldados para tomar Troya.
Pegaso: de Zeus, dios griego. Se dice que nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza de Medusa. Era del tipo “sículo”, cruce del ario y del persa, de color blanco.
Janto: de Aquiles: negro y de pura sangre persa. Hacía dupla con Balio, el otro caballo que Peleo, padre de Aquiles, recibió de regalo.
Bucéfalo: de Alejandro Magno. Era negro azabache y una estrella blanca en la frente con forma de cabeza de buey, justamente el significado de su nombre. Se dice que era un indómito animal que temía a su propia sombra, al que Alejandro logró domar, ante la admiración de todos.
Strategos: de Aníbal. En griego significa: General. Era un negro azabache traído de Tesalia (quizá para imitar a su ídolo Alejandro Magno)
LlanerosolitarioIncitatus: de Calígula. Este caballo se cree era de origen hispano y el emperador romano lo nombró senador.
Genitor: de Julio César. Se dice que le puso este nombre en recuerdo de su padre muerto. Génitor significa credor, padre o reproductor.
Babieca: del Cid Campeador. Desde la muerte de su amo, nunca más fue montado… y murió a los 40 años (más de 100 años para un humano). Era blanco y aparentemente de raza andaluz.
Marengo: de Napoleón Bonaparte. Tordillo de raza árabe. Fue el más importante de los caballos del general, quien tuvo 130. Marengo recibió múltiples heridas en guerra y murió a los 38 años en Inglaterra. Su esqueleto fue llevado al National Army Museum de Sandhurt.
Rocinante: el otrora rocín del Quijote de la mancha es uno de los caballos más famosos. Don Quijote lo consideraba superior a Babieca y a Bucéfalo.
Ruccio: el burro de Sancho Panza, no tan famoso por su nombre, como por su figura.
Tornado: el azabache caballo de El Zorro.
Plata: del Llanero solitario.
Kantaka: el caballo de Sidharta Gautama, Buda.
Lazlos: fue el primer caballo de Mahoma. Fue con el que hizo su primera peregrinación a La Meca. Mahoma era un apasionado de los caballos, de allí su dicho: “el diablo jamás osará entrar en una tienda habitada por un caballo árabe”.
Fadda: la mula blanca de Mahoma.”
Elmundo2delcaballo

poemas

Romance del Caballo Criollo. Teófilo Hiroux Funes
CaballomaderaLa orilla del horizonte
que hace redonda la pampa,
está recortando cielo
como para una medalla.
Colores que la dibujan
son los colores del alba,
y la luz, pátina lenta,
le da relieves de nácar.

¡Qué agonía de luceros
se quiebran para que nazcas,
silueta vívida y pura
con limpio fondo de estampa!
Corcel de briosa figura
que del cenit te levantas,
como un coágulo de bronce
latiendo carne de estatua.

Caballo, caballo criollo,
caballo de estirpe gaucha,
que llevás las tres marías
puestas en cruz sobre el anca;
tu sangre es la misma sangre
valiente de nuestra raza,
porque ha bebido en los vientos
de los campos de la patria.

Porque ha corrido en la lucha
desde el cauce de tu entraña,
partida de medio a medio
por el chuzo y la tacuara,
allá, cuando en el combate
diste tu pecho a las lanzas,
sabiendo que eras el mástil
de la enseña azul y blanca!

¿Qué rienda de qué valiente
te habrá llevado a la carga?
¿Qué clarín habré encendido
tus ojos como dos llamas,
cuando al tronar el cañón
te pusiste a la vanguardia,
y eran raíces de viento
de fuego tus cuatro patas?

América toda entera
se estremeció de tu planta,
portador de libertad
clamada por veinte patrias.
Y en las sierras del Perú,
y en las llanuras del Plata,
soldado de San Martín,
gaucho de Güemes en Salta!

Cabcalesita
Caballo, caballo criollo,
caballo de estirpe gaucha,
compañero inseparable,
vencedor de la distancia;
cuando detrás de la lucha
se vino la madrugada
del gran día de la paz
dorado en sol de esperanza;

tu te enrolaste primero
para labrar el mañana:
arriador de larga tropa
por los cuadros de la estancia,
o haciendo con el arado,
en el erial de la chacra,
tajo de surco fecundo
sobre el filo de la helada.

Y así hasta que abrió la flor
de la aurora ya soñada.
Y cuando vino la tarde
-bien venida y bien ganada-
que vierte con su silencio
sobre el confín de la pampa,
claveles llenos de sombra
nacidos de las guitarras;

todo parejo y pulido,
y endomingado de plata,
te largaste al trotecito
derecho hacia la enramada.
Y el premio fue la caricia
de la moza enamorada,
que te trajiste de vuelta

como una rosa en el anca.

Caballo, caballo criollo,
caballito de la patria,
soldado con San Martín,
gaucho de Güemes en Salta!

poemas

…Otro gaucho criador de caballos argentinos y poseedor de esa inconfundible sagacidad de los poetas gauchos, don Darío H. Anasagasti, canta a su tropilla en certeras descripciones:
CaballobalancinComo sé andar de resero
 tengo tropilla entablada,
 la madrina es colorada
 y tiene un potrillo ruano.
 Bien manchao tengo un tubiano
 que ahora poco lo he enfrenado
 y que ante ayer lo he probao
 galopiando y llegó entero
 vainte leguas compañero
 hasta el pueblo de Bragao.
 Además en la tropilla
 tengo un lobuno bragao
 un lindo gateo tiznao
 ligero en la atropellada
 un blanco orejas rosadas,
 un oscuro escarciador.
 Un tordillo de mi flor,
 Pa’ correr en el rodeo
 y un redomón zaino overo,
 pescuecero y sentador.

 Un lindo barroso overo,
 un bagual picaso pampa,
 un pangaré mano blanca,
 vivaracho y coscojero,
 un bayo blanco estrellero,
 un rosillo anca nevada,
 un alazán mala-cara,
 un colorao retacón
 y un doradillo ariscón
 muy bellaco en las mañanas.

 Y pa’ terminar, señores,
 el crédito es un tostao,
 pingo muy aponderao
 marca de las dos argollas,
 ha corrido varias pollas
 y hasta aúra no le han ganao;
 en los boliches que ha andao
 dejó mentas de ligero
 y aquí está pa’ su mandao

 el gaucho Carmen Lucero
.

poemas

Otro importante poeta argentino, don Elías Gordillo Rojas, publicó un hermoso libro de versos titulado casualmente Pelos Criollos, donde con magistral conocimiento y bella forma poética, canta a las potradas del tiempo viejo diciendo:
CaballojugueteEn las potradas de antaño
 los pelos eran criollasos,
 conocí pampas, picasos
 y hasta un overo castaño.
 Dende que me jui hace años,
 Pa’ una estancia en el Pigüé
 montao en un yaguané
 en busca de una tropilla
 de entrepelaos gargantillas
 que en ese pago compré.
 Era un gateado tiznao
 de ancha raya sobre el lomo,
 de esos que yo elijo y domo
 con los cuartos atigraos.
 Pelos que ya están mermaos
 por ser de criollas manadas
 que con clines encrespadas
 vagaban en campo abierto
 por el disco del desierto
 de la pampa desolada.

estrofas

Recordemos las estrofas del bardo argentino Belisario Roldán (1873-1922), cuando con toda justicia canta al hermano-caballo y le dice:
Caballito criollo del galope corto del aliento largo y el aliento fiel,
caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él.

¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!

¡Se alzará algún día, caballito criollo,
sobre una eminencia un overo en pie;
y estará tallada su figura en bronce,
caballito criollo que pasó y se fue!

martin fierro

A la afligida cautiva Mi caballo le ofrecí. Era un pingo que adquirí Y donde quiera que estaba
En cuanto yo lo silbaba, Venía a refregarse en mí. Yo me lo senté al del pampa, Que era un oscuro tapao,
Cuando me hallo bien montao De mis casilJosé Hernández en la voz de Martín Fierro:
las me salgo, Era un pingo como galgo que sabía correr boliao.

un tango


Un tango:
Long by a head of a noble colt. Por Horacio Walter Bauer
“En 1935 Carlos Gardel, en yunta con el brasileño Alfredo Le Pera, daba a luz un tango que se hizo famoso y que fatalmente resultó destinado a la ejecución demasiado frecuente, en todo ámbito vinculado a las carreras de SPC. Su letra es un paradigma de pesimismo, machismo, decadencia, languidez y equívoco, que no admite rival. Para peor la música es de fuerte pregnancia y el intérprete por excelencia era y sigue siendo nada menos que “el mudo”, como diría un metonímico riguroso.
Se trata de la historia de un potrillo pura sangre que “afloja” en el momento culminante de la carrera y para colmo de desgracia acude a la moralina ex post facto y sugiere no jugar.
El segundo paso, es aún más ridículo. Se compara al equino perdidoso con una mujer casquivana y mentirosa, y que tiene atrapado sentimentalmente al quejoso, ignorante que el turf no es timba, sino destreza.
A mayor abundamiento, el protagonista amaga renunciar a su vicio, pero a renglón seguido confiesa su impotencia (¡qué le va a hacer!).
¿Qué habrá pasado por la cabeza de Gardel, cuando pergeñó este bodrio sombrío? ¡Justo a él: fenomenal cantor popular y gran burrero! Mi amigo, el Dr. Juan Carlos Bagó dice que ejemplos como el de este tango, le han hecho mucho daño al turf, porque fija en el imaginario colectivo el prejuicio de tener por pecaminosa una actividad bella y digna como pocas. …”
Por una cabeza (tango) Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Por una cabeza de un noble potrillo que justo en la raya afloja al llegar
y que al regresar parece decir:
No olvides, hermano, vos sabés que no hay que jugar…
Por una cabeza, metejón de un día,
de aquella coqueta y risueña mujer
que al jurar sonriendo, el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera todo mi querer.
Por una cabeza
todas las locuras,
su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza
si ella me olvida
qué importa perderme,
mil veces la vida
para qué vivir…
Cuántos desengaños, por una cabeza,
yo juré mil veces, no vuelvo a insistir,
pero si un mirar me hiere al pasar,
su boca de fuego, otra vez, quiero besar.
Basta de carreras, se acabó la timba,
un final reñido yo no vuelvo a ver,
pero si algún pingo llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero, qué le voy a hacer.
Elmundodelcaballo